miércoles, 6 de mayo de 2009

8:35am, Hoy me desperté sintiéndome algo extraña, tenía ganas de hacer algo diferente, quería romper esa rutina de todos los días, el despertarme, estirarme un poco, ir al baño, bañarme, lavarme los dientes, salir a la sala y saludar a mi madre y mi nana, tomar un vaso de leche fría, regresar a mi cuarto, terminar de vestirme, tomar mis cosas, apagar la luz, salir y cerrar la puerta de mi cuarto, tomar mis llaves y salir a la universidad, ver clases como de costumbre, hablar con mis amigas un poco, regresar a casa, almorzar, dormir un rato en la tarde, encender mi PC y hablar un poco con mis “amigos” y “amigas”, cenar, hablar un poco por teléfono y acostarme a dormir, ese es mi día, esos son todos los días de mi vida, siempre lo mismo, sin nada interesante que esperar, una vida sin sorpresas.
Cuando iba camino a la universidad decidí no ir y quedarme por ahí en un centro comercial, sólo viendo las vidrieras como si algo de lo que vendiesen me interesara; nada de eso me importaba, lo único que llamó mi atención fue una librería donde vendían algunos libros que parecían ser interesantes, sólo por sus títulos, me detuve un rato y pregunté por alguno de los libros que allí estaban, me pareció sorprendente que yo preguntase por uno de los autores más famosos entre los escritores a una muchacha que trabajaba allí y no tenía la mínima idea de quién era, incluso tuvo la valentía de preguntarme, ¿Es eso una enciclopedia universitaria?, yo quise mostrarme amable y decirle como si no me hubiese dado el mínimo sentido de impotencia, - no, no es una enciclopedia, es ese que tienes justo allí detrás de ti. En eso habló otra muchacha, tratando de arreglar lo que ya se había dicho, y dijo, - disculpa, esos libros se encuentran por aquel lado.
Me dirigí hacia donde la muchacha me había señalado y pensé en un aviso que había visto justo antes de entrar que decía, “Se solicita personal con experiencia”, ¿será que los encargados de esa librería querían librarse de esa clase de gente, que se encuentra trabajando entre libros y no tiene la  mínima idea de ellos? ó ¿sólo lo colocan ahí porque es como un habito, moda, usanza, manía o simplemente costumbre para así llamar la atención de la gente? Ahora me pregunto, ¿por qué existe este tipo de gente? Que trabaja sin saber realmente lo que está haciendo, bueno pueden existir muchos motivos, como:
a)    Necesita dinero para sus cosas personales, mantener una familia, ayudar a su madre, salir adelante con sus estudios, entre otros.
b)   Sólo lo hace porque esta aburrida/o y no quieren pasar el día sin hacer nada, quieren sentirse útiles, (¿es que ellos no saben que pueden sentirse útiles haciendo muchas otras cosas, que los llenen más?)
Y miles más de motivos por los cuales ellos hacen eso, no caeré en eso, pues podría escribir un libro completo señalando los motivos por los cuales las personas deciden hacer algo que no tienen la mínima idea o interés de lo que es. Me sorprenden realmente las millones de cosas que se pueden cruzar por el pensamiento de una persona en cuestión de segundos.
Retomando lo anterior, vi los libros, no encontré el que deseaba así que salí de la librería y caminé un rato, decidí sentarme y ver la gente pasar, no quería que nadie me molestara, no quería molestar a nadie, solo quería estar ahí sola conmigo misma, entonces me puse a  leer un rato, mientras hacía esto pensaba en las personas que más amo en este mundo, las personas que le dan alegría a mi vida.
Pensé en lo difícil que es verse en medio de una situación donde estás perdiendo, es una sensación extraña, es como si quisieses atrapar al tiempo con tus manos y este se te escapara por las rendijitas de tus dedos ó quisieras guardarlo en un saco para sacarlo en el momento indicado, pero bien sé que, uno no debe esperar el momento indicado en esta vida, es suficiente tener las ganas y la fuerza necesaria para hacer las cosas, pues siempre es el momento, sólo basta en que tu lo conviertas en  lo que deseas, no se necesita esperar, pues eso sería “tiempo perdido”. Uno siempre espera, espera graduarse, espera tener un buen trabajo, espera tener una buena familia, espera tener un amor de esos que solo se ven en los cuentos de hadas, espera tener unos buenos hijos, esperas tener un buen futuro, y mientras esperas, ¿Qué haces?, todo en esta vida se trata de esperar, pero hay detalles (los cuales son los que te dan la felicidad), en los cuales no se necesita esto, solo se necesita ser valientes, para lazarse y arriesgarse por lo que uno desea. Y si es así entonces que hago yo, estoy perdiendo y aún así no me muevo, solo me siento y veo pasar las cosas, sólo por miedos absurdos, no suelo ser así en mi interior, soy de las que pelea, discute y siempre tiene una realidad objetiva de las cosas, siempre buscando las palabras correctas para no lastimar a nadie y decir con toda certeza lo que deseo explicar,  pero al momento de expresarlo, es como si me tomaran de manos y me ataran de pies a cabeza, esto solo ocurre cuando se trata del amor, pero si el amor es libertad, ¿Por qué no me siento libre al expresarlo?  Me estoy destruyendo y estoy destruyendo a mi amor, solo por temor, soy de las que creo que el amor mueve montañas y para mí el amor no se basa tanto en lo que se siente cuando estas con “esa” persona, si no lo que sientes cuando no estás a su lado. (Aunque no es menos importante el hecho de disfrutar momentos de tu vida al lado de esta persona, pero, a su vez, la distancia fortalece).
Ahora bien, ¿Cómo es que uno puede sentir tanto amor por una persona y, a la vez, callarlo? Es imposible, una total contradicción. Me muestro “fuerte” cuando en realidad estoy muy débil y viceversa. No se me ocurre idea alguna, pero sé que debo afrontar mis miedos, mis actos no se relacionan en lo más mínimo con mis sentimientos. Pero sé que alguien tuviese la capacidad de ver a través de mi cuerpo como mi corazón late, como mi sangre corre rápidamente por las venas o aun más evidente, el brillo de mis ojos, se daría cuenta que si es amor.
Puede decirse que es cobardía a afrontar nuevas cosas, pero a su vez, es excitante, es esa adrenalina que corre por mi cuerpo cada vez que estamos cerca, es sentir su respiración, los latidos de su corazón, es sentir como se eriza mi piel con el roce de sus labios sobre los míos, es estremecerme de pies a cabeza por su mirada, es volar, es ser un sueño, sin mañana, ni ayer, es el sol que cada mañana ilumina un nuevo amanecer, es la luna que en las noches canta, es mi orgullo que nos separa, es su piel que hoy guardo en secreto, es mi locura, mi perdición, es enloquecer, son los recuerdos, son tantas cosas, eso es lo que siento, eso es lo que soy.
Todo esto pasaba por mis pensamientos mientras leía el libro, el tiempo transcurría rápido y lento, depende de la perspectiva del cual yo lo mirase. 10.55am. Decidí regresar a casa, esta vez camine un poco más, quería ver el movimiento de la ciudad casi al mediodía, como es de costumbre estaba el alboroto pues esta es la hora en la que la gente empieza a regresar a casa, para almorzar con la familia, me monte en el bus, me extrañe al ver una muchacha, amiga o mejor dicho conocida, de mi edad realizando un trabajo que comúnmente hacen los hombres, colector de buses, vaya polémica causara esa muchacha por el trabajo que esta realizando, y después algunos salen por allí discutiendo acerca de la liberación femenina, cuando ya no es raro encontrarse a una mujer haciendo cualquier tipo de cosa que comúnmente realizan los hombres.
En todo el camino en mi cabeza daba vuelta la idea de porque esa muchacha estaba realizando un trabajo tan tedioso y poco apropiado para una mujer y por lo que pude apreciar no era la única persona la cual se extrañaba de esto, cada persona que subía en el bus, la miraba extraño, casi podía leer sus pensamientos donde decían: ¿Qué hace una mujer realizando este tipo de trabajo?, ¿Dónde estará su mamá, papá o hermanos mayores?, Pero bueno a la final no quise caer mucho en el asunto pues, yo no sabría que problemas presenta ella como para estar haciendo lo que hace.
11.40am, Llegue a casa y aquí empezaba de nuevo mi rutina, la de todos los días…la monotonía.



Siempre tuya,
NaivivGarcia